Eliminar combustibles fósiles tendrá beneficios inmediatos para la salud

 

Un reciente articulo publicado en la revista PNAS, exhibe una investigación sobre la distribución temporal y espacial de los beneficios para la salud, el trabajo y los cultivos de la mitigación del cambio climático.

Los resultados de esta investigación han arrojado  que las reducciones de emisiones afectan más que solo al clima, demostrando que los daños a largo plazo del cambio climático no mitigado son mayores que los costos de mitigación en todo el planeta y en gran medida superan los beneficios climáticos a corto plazo, siendo principalmente las políticas de descarbonización que afectan. Otro aspecto que abarca este estudio son los impactos que tienen una base de evidencia sólida y ocurren a través de múltiples vías; localiza esos impactos a nivel estatal o nacional, y cuantifica los roles relativos de las acciones estadounidenses y globales.

Los impactos sociales se derivan principalmente de las mejoras en la calidad del aire, que se realizan rápidamente e incluyen beneficios como una mejor calidad, productividad laboral y agricultura. En cuanto a los beneficios económicos, son miles de millones de dólares por muertes evitadas y por aumentos de productividad laboral, rendimiento de cultivos y reducción de gastos hospitalarios, gracias a un mejor manejo de los impactos en la salud por la exposición tanto al calor como a la contaminación del aire.

Además, un mayor enfoque en el impacto climático ayudaría a mejorar las políticas en beneficios sociales y a percibirlo como un riesgo distante en el espacio y el tiempo, con el fin de tomar acciones rápidas para moderar a largo plazo el cambio climático. Dicho en otras palabras, esta moderación implica una transición global a energía baja en carbono, eficiencia energética, baja demanda de bienes y servicios intensivos en carbono y una reducción de las emisiones de contaminantes que alteran el clima sin CO2.

Los mismos combustibles fósiles que producen los gases de efecto invernadero que calientan la atmósfera del planeta, también forman grandes cantidades de contaminantes del aire que contribuye en gran medida al exceso de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, respiratorias, intoxicaciones… etc, sobre todo en regiones densamente pobladas.

Por otro lado, se evaluaron los efectos de la contaminación del aire y los gases de efecto invernadero en la salud pública, el clima y el ciclo hidrológico, a través de un modelo climático-químico atmosférico global con funciones de exposición a la contaminación del aire. De este modo, se confirmo que las emisiones relacionadas con los combustibles fósiles representan aproximadamente el 65% de la tasa de mortalidad excesiva atribuible a la contaminación del aire y el 70% del enfriamiento del clima por aerosoles antropogénicos.

La investigación se publica en la edición de noviembre de la revista PNAS.

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