La NASA capta al Sol enviando una potente llamarada y la Tierra podría tener auroras en los próximos días

El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA detectó una llamarada solar el 20 de enero de 2022. (NASA/SDO)

Nuestro Sol acaba de tener un eructo muy energético. La NASA informó recientemente de una llamarada solar de nivel medio el 20 de enero de 2022, con un pico a la 1:01 a.m. EST. Gracias al Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, que vigila el Sol constantemente, se pudo captar el destello del evento. Después de estas erupciones es probable que se produzcan auroras en la Tierra, aunque también algunos efectos que no son bien recibidos.

Las llamaradas solares son grandes erupciones de radiación electromagnética procedentes del Sol que duran de minutos a horas. Las erupciones solares son potentes estallidos de energía. Las llamaradas y erupciones solares pueden afectar a las comunicaciones por radio, a las redes eléctricas y a las señales de navegación, y suponen un riesgo para las naves espaciales y los astronautas.

De acuerdo con la NASA, cuando se produce una erupción solar lo suficientemente fuerte, se produce una ionización en las capas inferiores y más densas de la ionosfera (la capa D), y las ondas de radio que interactúan con los electrones en las capas pierden energía debido a las colisiones más frecuentes que se producen en el entorno de mayor densidad de la capa D. Esto puede hacer que las señales de radio de alta frecuencia se degraden o se absorban por completo. El resultado es un apagón radioeléctrico, es decir, la ausencia de comunicación en HF, que afecta principalmente a la banda de 3 a 30 MHz.

Esta reciente erupción está clasificada como de clase M5.5, es decir, de clase media. Si bien, no se trata de la actividad más poderosa de la que es capaz nuestro Sol, pero es lo suficientemente fuerte como para que sus efectos se sientan aquí en la Tierra. Si la llamarada golpeara nuestro planeta de frente, podría causar apagones de radio en las regiones polares.

Las llamaradas a menudo van acompañadas de una eyección de masa coronal de partículas cargadas que pueden generar auroras en la Tierra. Las eyecciones de masa coronal (CME), que son causadas por líneas de campo magnético que se rompen y se vuelven a conectar, son eyecciones masivas de hasta miles de millones de toneladas de plasma de la corona solar, que llevan un campo magnético incrustado. A diferencia de la radiación electromagnética (que viaja a la velocidad de la luz), tardan varios días en llegar a la Tierra si se dirigen en nuestra dirección, por esa razón las auroras se producen días después.

La CME asociada con la llamarada del 20 de enero. (NOAA)

Debido a que la llamarada estaba en el borde del sol, probablemente no apuntaba directamente hacia la Tierra, pero las eyecciones que actualmente están atravesando el espacio pueden dar golpes indirectos a la atmósfera de nuestro planeta causando tormentas geomagnéticas menores.

Estas erupciones son cada vez más frecuentes a medida que el Sol se acerca al máximo solar, el pico de actividad solar que se produce en un ciclo de 11 años y actualmente se encuentra en lo que los astrónomos llaman Ciclo Solar 25. Es difícil predecir cuándo ocurrirán estos picos, la NASA sugirió que estamos en la etapa de aceleración, dirigiéndonos a un máximo de manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal alrededor de 2025.

Si está interesado en ver auroras este fin de semana, puede estar atento al pronóstico aquí.

Brandon Córdova

Redactor de ciencia para Enséñame de Ciencia y comunicador científico en Somos Cosmos. Estudia Ingeniería Ambiental en la Universidad Privada del Norte (UPN).

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