Agua en la Luna: primera detección “in situ” realizada por un módulo de aterrizaje chino

Se solía pensar que la superficie de la Luna estaba completamente seca, pero la década pasada los científicos confirmaron la presencia de agua en su superficie. Sin embargo, estas detecciones se realizaron a distancia (desde la órbita), por lo que dejó incertidumbre sobre dónde se encontraría realmente esa agua.
El módulo de aterrizaje Chang’e-5 visitó a la Luna en diciembre de 2020, donde no se limitó a recoger una muestra de material lunar para devolverla a la Tierra, sino que se dio la tarea de fotografiar su área de aterrizaje, mapear las condiciones de la superficie y analizar el suelo lunar en busca de minerales y contenido de agua.
[2022 BREAKING] First evidence of onsite water on the Moon detected by the Chang’E-5 lander. Research paper published on Science Advances: https://t.co/Y8x1MbUPVD pic.twitter.com/gPWcIYUigi
— CNSA Watcher (@CNSAWatcher) January 8, 2022
En una nota de prensa se explica que, el módulo de aterrizaje Chang’E-5 estaba equipado con un espectrómetro, un instrumento científico que recibe la luz solar reflejada desde la superficie lunar y, dependiendo de cómo se absorba o refleje la luz, puede indicar la mineralogía y el contenido de agua de los materiales presentes en la superficie. El espectrómetro a bordo del módulo de aterrizaje realizó mediciones del paisaje y de una roca, brindando la oportunidad sin precedentes de detectar agua en la superficie lunar.
Los datos espectrales producidos por el módulo de aterrizaje Chang’E-5 de China no solo confirman la presencia de agua en la Luna, sino que también muestran dónde está parte de ella, algo que falta en estudios anteriores.
Podemos decir que el módulo de aterrizaje lunar Chang’e 5 de China, ha marcado un hito importante, ya que ninguna misión había encontrado agua en tiempo real en la superficie lunar. Los astronautas del Apolo en la década de 1970 llevaron a casa muestras que contenían agua, pero no se sabía de su contenido hasta unas décadas más tarde, luego de que el equipo mejorara e hiciera la detección en laboratorio.
La mayoría de los suelos lunares analizados en el lugar de aterrizaje son extremadamente secos, no muy diferentes de las muestras de Apolo devueltas hace unos 50 años. No obstante, una sorpresa para los investigadores fue una roca vesicular (con muchas cavidades) en su vecindad, donde los datos del espectrómetro indicaron un mayor contenido de agua (alrededor de 180 partes por millón). Lo más probable es que la roca sea de origen ígneo (formado por el enfriamiento y la solidificación de materiales fundidos).
Según las medidas tomadas con el espectrómetro mineralógico lunar del módulo de aterrizaje, es posible encontrar agua en abundancia de hasta 120 partes por millón en el Oceanus Procellarum del Norte, donde aterrizó el Chang’E-5.
“Los análisis de composición y de teledetección orbital muestran que la roca puede haber sido excavada de una unidad basáltica más antigua y expulsada al lugar de aterrizaje de Chang’E-5”, dijo en un comunicado el autor principal, Honglei Lin, profesor asociado del Instituto de Geología y Geofísica de la Academia China de Ciencias. “Así, el menor contenido de agua del suelo, en comparación con el mayor contenido de agua del fragmento de roca, puede sugerir la desgasificación del depósito del manto bajo el lugar de aterrizaje de Chang’E-5”.
El descubrimiento de agua es consistente con las prolongadas erupciones volcánicas en la región, lo que sugiere que depósitos volcánicos específicos podrían ser necesarios para el sustento de la vida humana en bases lunares a largo plazo en latitudes más bajas, donde es menos probable que se formen depósitos de hielo.
Los hallazgos se han publicado en Science Advances.