Los anti-vacunas también tendrán que renunciar al Tylenol y al Tums.
Las vacunas podrán ser muy seguras y efectivas y siempre habrá quien las rechace. En pleno siglo 21 existe mucha desinformación anticientífica. Por esto mismo los gobiernos en Estados Unidos dicen lo siguiente: “Si no deseas vacunarte, es mejor que tengas una buena razón”.
La excusa perfecta para los norteamericanos que no se quieren vacunar es la famosa regla de la “exención religiosa”, que significa no querer ponerte la vacuna porque interfiere con tus creencias religiosas. El tema es que muchas personas la están usando como excusa para no vacunarse pero no es por un tema religioso, si no un tema de desinformación.
Un hospital de Arkansas ha decidido luchar contra esta situación y llamar la atención de los anti-vacunas. El hospital estableció que quien no quiera vacunarse usando la “exención religiosa” tiene que demostrar que realmente es por un tema religioso.
El número de solicitudes de personas que se están excusando con la exención religiosa fue “significativamente desproporcionado a lo que hemos visto con la vacuna contra la influenza”, comentó Matt Troup, presidente y director ejecutivo del Sistema de Salud Regional de Conway de Arkansas a Becker’s Hospital Review. “Por lo tanto, proporcionamos un formulario de atestación religiosa para aquellas personas que solicitan una exención religiosa “.
Pareciera simple este formulario pero no lo es. Este formulario incluye una declaración donde al rechazar la vacuna, también rechazarán los medicamentos cotidianos, incluidos los básicos del botiquín médico como: Benadryl, Sudafed, Tums y Tylenol.
Las exenciones religiosas se justifican con que las vacunas contienen células fetales abortadas, o se probaron en células fetales abortadas, o alguna otra noción sobre células fetales abortadas que, según los que rechazan las vacunas, entra en conflicto con sus creencias.
Cabe aclarar que las vacunas COVID-19 no contienen células de fetos abortados, y las células humanas en las que se probaron durante la investigación y el desarrollo se cultivaron en un laboratorio.
“Es cierto que hace décadas, los científicos decidieron usar tejido fetal para iniciar las líneas celulares que usamos para probar medicamentos hoy en día”, escribió el Dr. James Lawler, experto en enfermedades infecciosas y católico practicante, en una explicación a principios de este año. “Sin embargo, la descripción de la cosecha moderna de tejido fetal en curso para crear vacunas es un sensacionalismo deshonesto”.
“La intención del formulario de atestación religiosa es doble”, dijo Troup. “[Para] garantizar que el personal que solicita la exención sea sincero en sus creencias y para educar al personal que podría haber solicitado una exención sin comprender el alcance completo de cómo se utilizan las células fetales en las pruebas y el desarrollo de medicamentos comunes”.
Como hecho, comentó el Dr. Lawler, “casi todos los medicamentos que usamos tienen alguna conexión con estas líneas celulares fetales. Ya que no solo ofrecen un campo de prueba estandarizado para nuevos tratamientos, sino que también nos han ayudado a la comprensión de las enfermedades y las anomalías congénitas. También nos han dado cosas como la Preparación H y aspirina, dos medicamentos de los que los anti-vacunas de Conway Regional Health tendrían que dejar de consumirse”.
Además mencionó: “Como católico practicante, creo que el equilibrio moral de beneficiarse indirectamente de un aborto que ocurrió hace 50 años para tomar una vacuna que evitará más muertes en la comunidad es una obviedad”, escribió el Dr. Lawler. “Necesitamos enfocarnos en salvar vidas ahora mismo. Necesitamos cuidar a nuestros vecinos”.