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Araña de 99 millones de años encontrada dentro de un ámbar al norte de Myanmar.

Los artrópodos fueron un filo dominante dentro de la vida terrestre cuando esta pudo desarrollarse fuera del medio marino, durante millones de años la vida en la tierra fue dominada por artrópodos de gran tamaño con cualidades impresionantes.

Es increíble ver como una forma tan peculiar como las arañas pudo emerger dentro de aquel ecosistema y perdurar hasta nuestros días, después de haber diversificado en distintas especies de distintos tamaños, colores e inclusive de formas particulares.

Se podría pensar que al tratarse de un animal tan poco emparentado a los mamíferos podría no tener consciencia de otras funciones más que de alimentarse al devorar a quienes se encuentren por debajo en la cadena alimenticia, sin embargo no es tan sencillo.

Existen especies que llegan a presentar comportamientos de resguardo y cuidado de sus descendientes con el fin de trascender en el tiempo a través de generaciones, a esto se le denomina cuidados parentales y se llegan a dar a pesar de que el mismo progenitor deba arriesgar parte de su integridad o inclusive fallecer, al tratarse de un bien mayor.

Con esta premisa se ha desarrollado buena parte del reino animal y las arañas no están exentas de esta, por el contrario, es un comportamiento común en las mismas, siendo casi en la totalidad de las especies, un acto particular de cuidados maternos.

La situación se torna un tanto distinta para las arañas fósiles, ya que es una práctica bastante rara y que ha sido parte fundamental del estudio de Guo, publicado el pasado 15 de Septiembre, donde nos describe en este caso en particular 4 especímenes de la familia de arañas Lagonomegopidae, en los cuales fue encontrada una hembra adulta con una parte de sus huevecillos y pequeños descendientes de la misma inmersos en el mismo ámbar.

Crías de araña hembra recién eclosionadas del huevecillo.

Los especímenes encontrados han sido puestos cronológicamente en el Cretácico Medio de acuerdo con sus características con un aproximado de 99 millones de años de antigüedad, fueron encontrados en el norte de Myanmar y se sugiere que las hembras de araña resguardaban en sus refugios los sacos con huevecillos para dar paso a que las crías pudieran desarrollarse bajo la protección materna durante algún tiempo.

“Los nuevos fósiles representan una evidencia temprana del cuidado materno en arañas fósiles” dicho por el autor, una vez concluído el estudio y habiendo relacionado este descubrimiento con los comportamientos tempranos de lazos parentales en artrópodos prehistóricos.

 

 

Esta información fue publicada originalmente en la revista The Royal Society.

Alan Steve Nájera Cortés

Alan Steve tiene una licenciatura en Bioquímica Clínica por la Universidad Nacional Autónoma de México y hace trabajo de investigación en la Unidad de Genética y Diagnóstico Molecular del Hospital Juárez de México. En internet, Alan es fundador de la comunidad Enséñame de Ciencia.

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