Guarderías en Finlandia construyen sus propios ‘bosques’ y cambiaron el sistema inmunológico de los niños

Fotografía de Janko Ferlic

El hecho de que los niños jugaran en un pequeño bosque en su guardería por un mes hizo que mejorara su sistema inmune, según un experimento que se hizo en Finlandia.

Los cuidadores de la guardería plantaron césped y pusieron plantas, maleza y arándanos y permitieron que los niños se encargaran de la vegetación, y esto a su vez hizo que la microbiota (las bacterias de los intestinos de los niños) y su piel, fuera más saludable. Lo sorprendente de esto es que fue en un breve período de tiempo.

“También encontramos que la microbiota intestinal de los niños que recibieron vegetación era similar a la microbiota intestinal de los niños que visitan el bosque todos los días”, explicó la científica ambiental Marja Roslund de la Universidad de Helsinki en 2020, cuando se publicó la investigación.

Además los científicos se percataron que hubo una mejoría en el sistema inmune de los niños desde que tuvieron acceso al espacio verde, no obstante, siguen investigando si es causa directa de haber sido expuestos a la vegetación.

“Los resultados de este estudio apoyan la hipótesis de la biodiversidad y el concepto de que la baja biodiversidad en el entorno de vida moderno puede conducir a un sistema inmunológico sin educación y, en consecuencia, aumentar la prevalencia de enfermedades inmunomediadas”, explicaron los autores en el estudio.

El estudio comparó los microbios ambientales que se encuentran en los patios de 10 guarderías urbanas diferentes, cuidando a un total de 75 niños de entre tres y cinco años.

“Esto apoya la suposición de que el contacto con la naturaleza previene trastornos en el sistema inmunológico, como enfermedades autoinmunes y alergias”, dijo Sinkkonen.

El intestino es considerado el segundo cerebro debido a que opera de dos formas: independiente y con interacción con el cerebro. Esta interacción con el cerebro es bidireccional, por ello la importancia de una microbiota sana en los niños, ya que esto ayuda a mejorar no solo el sistema inmune y alergias, si no también tiene repercusión en su estado de ánimo.

“Sería mejor si los niños pudieran jugar en los charcos y todos pudieran cavar tierra orgánica”, explicó el ecologista ambiental Aki Sinkkonen, también de la Universidad de Helsinki.

“Podríamos llevar a nuestros hijos a la naturaleza cinco veces a la semana para tener un impacto en los microbios”.

La teoría de la evolución de Charles Darwin establece que las especies mutan, y a la vez la selección natural va filtrando a las más aptas para conseguir individuos capaces de sobrevivir a sus entornos ambientales, por eso es importante el ambiente en el que los niños se desarrollan sea de impulso para que sus sistemas mejoren ya que eso contribuye a su capacidad inmunológica para adaptarse, según lo que muestra este estudio.

El estudio fue publicado en: Science Advances. 

Brandon Córdova

Redactor de ciencia para Enséñame de Ciencia y comunicador científico en Somos Cosmos. Estudia Ingeniería Ambiental en la Universidad Privada del Norte (UPN).

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