Los arqueólogos hallan varias huellas de elefantes prehistóricos, pero estos no caminaban solos.

Recientemente, los científicos han descubierto cada vez más fósiles y huellas de animales que existieron en épocas antañas y nos permiten ver la manera en que estos se desarrollaban, lo que comían e incluso hasta poder determinar mediante modelos cuál era su forma corporal.

Es interesante poder ordenar cronológicamente los sucesos que han ocurrido y las especies con las que pudieron haber convivido e inclusive duelos que seguramente llegaron a darse y los desconocemos por completo.

Sin embargo, mucho es lo que se puede inferir cuando se trata de fósiles, huellas o cualquier hallazgo relacionado con la vida prehistórica.

En un estudio reciente, se descubrieron docenas de huellas de elefantes bebés de colmillos rectos (Palaeloxodon antiquus) en Huelva, España, pertenecientes al Pleistoceno hace unos 30,000 años. Los arqueólogos en el estudio determinaron, por el tamaño y profundidad de la huella, que se trataba de elefantes recién nacidos, terneros y juveniles, recordemos que eran animales extremadamente pesados, ya que alcanzaban un peso de 4.5 a 5.5 toneladas en el caso de las hembras y los machos de la especie hasta 13 toneladas, con una altura de entre 3 y hasta 4.2 metros, de acuerdo con las estimaciones.

Eran animales con cabezas enormes y colmillos bastante largos, que solían moverse en grupo y llevaban consigo un comportamiento social con cuidados parentales, donde los adultos procuraban a los más pequeños del grupo.

Asimismo, la superficie donde las huellas fueron encontradas, denominada Superficie Pisoteada de Matalascañas, exhibía una distribución y frecuencia de las huellas que ayudó a los investigadores a conocer la edad de los elefantes que transitaron e inclusive si se trataba de hembras o machos, para este caso de manera paralela se encontraron huellas de elefantes juveniles y hasta hembras adultas jóvenes, que convergieron en espacio y tiempo, relativamente, con las huellas de los elefantes bebés.

El estudio arrojó que la Superficie Pisoteada de Matalascañas pudo haber sido un lugar de tránsito para que estos grupos se abastecieran e inclusive se reprodujeran en los estanques entre las dunas, donde se sospecha que, aunque rara, pudo haber habido la presencia de los machos adulto y pudo haber servido como una fuente fundamental de resguardo y alimentación.

Huellas de homínidos, se le han atribuído a un Neandertal adulto.

El área donde se elaboró el estudio se encontraba fuertemente deteriorada por las pisadas de varios animales contemporáneos a la época, sin embargo, esto no fue impedimento para que los investigadores del estudio, vieran marcadas huellas de Neandertales próximas a las de los elefantes bebés, lo que nos hace pensar que estos los cazaban, especialmente a las crías.

“Se plantea la hipótesis de que los neandertales visitaron MTS para cazar o hurgar en elefantes debilitados o muertos y, más probablemente, en crías” dicho por los autores del trabajo al descubrir las huellas cercanas a las de los elefantes bebés.

 

El artículo original fue publicado en la revista Scientific Reports.

Brandon Córdova

Redactor de ciencia para Enséñame de Ciencia y comunicador científico en Somos Cosmos. Estudia Ingeniería Ambiental en la Universidad Privada del Norte (UPN).

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