Gusanos intercambian recuerdos con otros al compartir su ARN.

Los recuerdos que heredamos a las personas son sustento para el mejoramiento de la vida, ya que nos brindan de conocimiento para la evitación de problemas futuros, al conocer empíricamente una situación o simplemente para dar una mejor resolución a los conflictos por lo que ya hemos pasado como especie.

En nuestro caso gracias a la comunicación podemos brindar esa información de generación a generación, homólogamente a los genes, en ese sentido, y también a miembros de nuestro propio gremio.

En muchos casos en las distintas especies esto no ocurre y la comunicación únicamente se da por la herencia genética de manera vertical, es decir, de padres a hijos, por el contrario existen casos en donde esta puede ocurrir de manera horizontal, como es el ejemplo de muchas bacterias que gracias a una estructura que presentan conocida como pili, es que pueden transferir entre homólogas cierta información genética a través de lo que se conoce como un plásmido, que no es otra cosa que un segmento de ADN de manera circular.

La comunicación horizontal ha ayudado a la supervivencia de muchas cepas, donde algunas de estas puedan presentar una resistencia a diversos fármacos y por ello sean más difíciles de eliminar, esta resistencia trasciende a las generaciones venideras y es por esta razón que la investigación biomédica continúa en un trabajo constante buscando nuevas alternativas para erradicar a los distintos patógenos.

En el ambiente todos los animales pueden verse en peligro por factores externos como sus depredadores, pero también por factores internos como son los patógenos y demás agentes que involucren afecciones a la integridad del material genético. Algunas veces se puede brindar protección al comunicarse entre sus semejantes y otras, únicamente de padres a hijos se da la información con la que el individuo tendrá que sobrevivir a su entorno para dar origen a nuevos individuos.

Hasta antes del descubrimiento de Moore publicado el pasado 6 de Agosto se sabía poco respecto de la transferencia horizontal en otras especies que no fueran bacterias. En su estudio nos mencionan que “C. elegans se protege de los patógenos al “leer” pequeños ARN bacterianos, utilizando esta información tanto para inducir la evitación como para transmitir recuerdos durante cuatro generaciones.”, esto aunque curioso, fue fundamental en el estudio, ya que ayudó a entender el funcionamiento de la evitación de patógenos en este gusano, además estos ARN saltarines de las bacterias o retrotransposones como bien se denominan en el estudio, son transmitidos a la progenie hasta 4 veces más, por lo que la información se ve adquirida horizontal y verticalmente.

Este gusano ha aprovechado este elemento genómico para el mejoramiento de su inmunidad adaptativa y a su vez favorecer a las generaciones próximas, si bien la evitación y la transferencia de memoria requieren de este retrotransposon, conocido como Cer1, se sabe que este encontrado en cepas silvestres tendrá una correlación con la evitación de ciertos patógenos al poner en marcha el funcionamiento del ARN bacteriano.

Gracias a estos estudios cada vez nos encontramos inmersos en nuevos mecanismos con aplicaciones que nos pueden ayudar a mejorar la calidad de vida, mientras comprendemos de una manera más integral el funcionamiento de los seres vivos.

 

La información ha sido publicada en la revista Cell.

Brandon Córdova

Redactor de ciencia para Enséñame de Ciencia y comunicador científico en Somos Cosmos. Estudia Ingeniería Ambiental en la Universidad Privada del Norte (UPN).

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