Muerden la mano que les da de comer: Colibríes.
Los troquilinos son una subfamilia de aves que contiene a los colibríes, estas son aves fantásticas que han sido protagonistas de uno de los mitos prehispánicos con más relevancia, el cual nos relata que fueron las aves que te conducen al Aztlan, esto por parte de la cultura mexica, sin embargo para los mayas se pensaba que al observar uno en su camino se trataba de que alguien estaba teniendo buenos pensamientos sobre uno y por ello le era enviado un colibrí.
Son excelentes polinizadores y su consumo alto en calorías, por su dieta basada en el néctar de las flores, los ha ayudado a mantener su característico ritmo de vuelo, el cual es el más rápido visto en el reino animal, alcanzando hasta 55 aleteos por segundo.
Se pensaba que la ornamentación que portan los machos adultos y sexualmente maduros, se había encontrado presente en hembras gracias a la selección sexual de la especie, en otras palabras, la presencia de la misma ornamentación en las hembras de colibrí favorecía la reproducción de estas, con respecto de quienes no la tenían. Esta fue la premisa de la cual partió Falk para concluir en que las características variantes entre colibríes de la misma especie se llegaban a dar más frecuentemente en hembras por una selección social, más que una sexual como siempre se ha pensado en el reino animal (si te interesa el tema puedes profundizar en nuestra nota: Colibries hembras evitan el acoso imitando la apariencia de los machos.)
Aunque también llegan a comer algún insecto pequeño o araña para favorecer su consumo de proteína, se sabe empíricamente que las flores rojas los atraen más que otro alimento. Los colibríes tienen un asociación coevolutiva con las plantas que ostentan un tipo específico de flores, a los cuales una especie en particular de colibrí se ve atraído por un tipo particular de flor para polinizarla, en botánica podemos referirnos a ciertos síndromes florales cuando estos involucran una asociación específica entre la polinización particular planta-ave.
Sin embargo, en un estudio realizado por Mannfred, donde se tuvo un especial enfoque en la especie de colibrí Schistes geoffroyi fue descubierto un papel ecológico por parte de los colibríes, al ser atrapados hurtando néctar de una planta que no le corresponde o se desconocía su asociación (Centropogon granulosus), lo cual sugiere un estudio más detallado sobre su historia natural que nos ayude a conocer cuál fue la base de la ecología que se observa al ver la relación con esta planta y su evolución conforme este comenzó a hurtar su néctar.
Por otro lado hay que reconocer que por su naturaleza son aves bastante admiradas, estudiadas y características por su manera de volar, al ser la única ave capaz de volar hacia atrás. Presentan patas que no son capaces de caminar o saltar y son animales sumamente agresivos con otras aves, pudiendo atacar a las que invaden su espacio, aunque estas tengan un mayor tamaño y fuerza.
Se ha llegado a estudiar su comportamiento tanto en especies grandes como pequeñas y haciendo un análisis sobre los enfrentamientos que estas pequeñas aves llegan a tener con otras que invaden su territorio, se ha observado que de acuerdo con su tamaño estas han podido llegar a vencer en hasta el 74% de los enfrentamientos en las especies de mayor tamaño y en miembros del Clado Esmeralda se vio una dominancia de los duelos del 45% de estos, por ello este trabajo nos muestra la importancia de los parentescos evolutivos en el momento en que se estudian a las comunidades, ya que nos pueden llegar a sorprender incluso si se trata del ave más pequeña del mundo.
La información ha sido publicada en la Revista Mexicana de Biodiversidad y en Biodiversidad y Conservación.
Puse bebederos para colibríes en mi casa y son MUY territoriales. Un día vi a uno bebiendo néctar y otro llegó por atrás a correrlo. Puse 5 bebederos y no comparten ni uno!!!